Comer para la salud mental: cómo una buena dieta puede ayudarte a sentirte mejor física y mentalmente
Asegurarse de que el cuerpo obtenga una dieta balanceada no solo ayuda a mantenerlo físicamente sano. Nuevos estudios sugieren que una alimentación adecuada también contribuye a una buena salud mental.
En este mundo de alimentos procesados puede ser muy difícil controlar exactamente lo que comemos, sobre todo porque llevamos vidas cada vez más ajetreadas. Durante años, los expertos en nutrición han indicado que la eliminación de determinados ingredientes y la inclusión de otros son la clave para mejorar nuestra salud. Esto es fundamentalmente cierto tanto para la salud mental como la física. Con el auge de los alimentos ultra procesados, puede ser muy difícil saber exactamente lo que consumimos regularmente, por lo que a menudo podemos tomar malas decisiones nutricionales que perjudican nuestra salud sin saber nunca el por qué.
Sabemos que el exceso de azúcar en la alimentación es algo malo, pero hace relativamente poco se descubrió la verdad sobre cuán malo realmente es. Algunos estudios —que se remontan al año 2004— han demostrado que el exceso de azúcar refinado puede incrementar el riesgo de depresión y esquizofrenia, y que es esencial llevar una dieta baja en azúcar para ayudar al cerebro y al resto del cuerpo a funcionar saludablemente. Un estudio complementario realizado en 2017 por investigadores del University College de Londres confirmó estos hallazgos señalando que el consumo desmedido de azúcar conduce a la depresión.
También se ha demostrado que las enfermedades mentales crónicas como aquellas causadas por un consumo excesivo de azúcar acortan nuestra esperanza de vida y aumentan las tasas de mortalidad. Esto es aplicable incluso a las enfermedades mentales leves, por lo que dedicar tiempo a asegurarnos de alimentarnos correctamente es más importante que nunca si queremos conservar la salud de nuestro cerebro conforme envejecemos. Para lograrlo, debemos asegurarnos de que nuestro cerebro produzca suficientes niveles de BDNF, la proteína que utiliza para regenerarse y fortalecerse.
El factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés) es una proteína que produce nuestro cerebro para regenerarse y fortalecerse. Cuanto más bajos sean los niveles de BDNF registrados, más empeorará la salud del cerebro. Por lo tanto, la clave para obtener beneficios para la salud mental a largo plazo reside en mantener altos los niveles de BDNF evitando posibles inhibidores (como productos altos en azúcares procesados).
Se ha encontrado relación entre los niveles bajos de BDNF y una larga lista de trastornos mentales. Desde trastornos graves como el Alzheimer y la epilepsia hasta la anorexia y el trastorno obsesivo-compulsivo, todos se caracterizan por una falta de BDNF en el cerebro. También se ha demostrado que un nivel bajo de BDNF inhibe el aprendizaje, lo que significa que los niños en edad escolar también deben evitar el abuso de azúcar para maximizar sus oportunidades de aprendizaje.
Los niveles de BDNF también descienden notablemente a medida que envejecemos, por lo que a menudo se observa un deterioro cognitivo en las personas mayores. Estudios recientes sugieren que al reducir el consumo de azúcar -y cambiar su dulzor por una fuente natural más saludable como la Stevia-, el rendimiento cerebral puede mantenerse durante más tiempo, ya que se conserva el BDNF.
Además de nuestra salud mental, se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcar puede afectar incluso nuestro sistema inmunológico. El profesor Robert Lustig, de la Universidad de California, encontró pruebas de que los niveles excesivos de fructosa —un edulcorante habitual en los alimentos procesados— pueden aumentar la resistencia a la insulina. Aunque la relación entre el exceso de azúcar y la diabetes ya es bien conocida, la resistencia a la insulina también tiene que ver con problemas más amplios relacionados con la función de los receptores de leptina, el sistema de nuestro cuerpo que se encarga de la sensación de saciedad después de comer. Esta investigación, publicada en 2022, demuestra que aún hay una gran cantidad de daños causados por nuestra excesiva dependencia del azúcar tradicional que seguimos sin comprender del todo.
Lo anterior sugiere que al consumir alimentos altos en azúcar, nuestro cuerpo experimenta una menor capacidad para reconocer cuándo debemos dejar de comer, lo que provoca una ingesta continuada de azúcares. Así, el ciclo se repite con efectos cada vez más graves, y se disminuye nuestra capacidad de sentirnos sanos en cuerpo y mente.
Para las personas que piensan en cambiar a una dieta más conscientemente saludable, reducir el consumo de azúcar debería ser la prioridad absoluta. Este cambio fundamental en la filosofía alimentaria se está produciendo no solo entre los consumidores que buscan hacer mejores elecciones alimentarias, sino también entre los fabricantes que buscan reducir su dependencia del azúcar refinado, que es insostenible, y adoptar una forma de dulzura más natural y saludable.
El incomparable dulzor natural de la stevia te ofrece la oportunidad de mantener los mismos sabores deliciosos de todos tus placeres culposos, pero con una fórmula que te asegura que son productos con poco o ningún azúcar. Esto conserva elevados los niveles de BDNF en el cerebro y ayuda a mantener la grasa —otro ingrediente relacionado con la reducción del BDNF— más baja.
Dada la evidencia de los beneficios de una dieta baja en azúcar en niños, adultos y ancianos, es indudable que debemos tomar el control de lo que comemos, y elegir un nuevo tipo de dulzura que refleje el futuro más saludable y sostenible que todos estamos buscando.