Entendiendo la Estrategia Nacional de Alimentación del Reino Unido
Es innegable que los métodos modernos de producción de alimentos han impactado gravemente nuestra salud y nuestra alimentación. A causa del alto costo de la salud pública, junto con los cambios alimentarios en los hábitos de las personas para luchar contra el cambio climático, el gobierno británico ha solicitado al Comité Asesor Científico de la Alimentación que determine cuáles son las modificaciones alimentarias que se necesitarán en la próxima década.[1]
De acuerdo con estudios realizados por el gobierno británico, cerca de 64.000 personas mueren cada año en el Reino Unido, debido a una alimentación deficiente.[2] Más del 50% de los adultos mayores de 45 años sufren de enfermedades provocadas por los efectos de un mal régimen alimenticio.[3] Por ello, para 2022, la ley británica incluirá en su legislación lo referente a los alimentos del HFSS (altos en grasas, azúcares y/o sodio),[4] no sin antes permitirles a productores y distribuidores hacer los cambios pertinentes en las fórmulas para evitar la presencia de etiquetas de advertencia en sus productos.
Las reducciones más drásticas y necesarias que podemos esperar son las que afectan al azúcar y a los alimentos HFSS. En principio, para cumplir con la reducción del 25% de los alimentos con alto contenido en grasas, azúcar y sodio será indispensable reformular a gran escala productos de repostería y otros dulces. Si bien, el impuesto sobre el azúcar que se estableció hace unos años ha contribuido a reducir su uso,[5] aún hay que recorrer un largo trecho para cumplir el objetivo de 50% menos de azúcar, por lo que habrá una alta demanda de los fabricantes de alimentos por sustituir el azúcar con fuentes alternativas de dulzor, como la stevia.
Sumado a los requisitos para los alimentos HFSS, la nueva Estrategia Nacional de Alimentación (NFS – National Food Strategy) incluye la necesidad de reducir en un 50% la ingesta de azúcar. Once de las catorce recomendaciones en el reporte están directamente relacionadas con azúcar. El uso generalizado de stevia en lugar de los azúcares tradicionales de caña y betabel, que actualmente dominan el mercado del Reino Unido, permitiría a los fabricantes cumplir los nuevos y estrictos requisitos con un impacto mínimo para los consumidores.
Ante la preocupación por los £15 billones anuales que podría costarle la diabetes tipo 2 al Servicio Nacional de Salud[6] (alrededor del 150% del presupuesto necesario para tratamientos contra el cáncer), el gobierno del Reino Unido busca transformar completamente el mercado de la alimentación por medio de una mejora de actitud pública.
La tarea no será fácil para los productores y fabricantes que están en el sector de la industria de alimentos; en particular, los que trabajan con snacks y respostería. No es sencillo reformular los alimentos con un sustituto de azúcar, ya que existe el temor de que los consumidores no disfruten tanto los productos con las nuevas fórmulas como los de la receta original, sobre todo si el cambio también afecta su textura.
En este punto, es cuando la experiencia de SWT Stevia, al tener éxito en la reformulación de dulzor saludable en diversas categorías de alimento, le da una posición privilegiada para ayudar a los fabricantes y productores de alimentos a cubrir los requisitos que se aproximan. SWT Stevia logra entregar un perfil de dulzor rico y saludable que exigen los consumidores y, al mismo tiempo, cumple con las especificaciones de reducción de azúcar exigidas por las autoridades del Reino Unido. SWT sabe que los consumidores desean tomar decisiones que beneficien su salud sin que afecten su gusto por la comida, y ayuda a los productores a crear los mismos productos tradicionales, pero con una fórmula mejorada.
Cómo el dulzor de la stevia puede ayudar a cumplir las primeras siete recomendaciones de la Estrategia Nacional de Alimentación del Reino Unido:
Recomendación 1
Introducir un impuesto reformulatorio sobre el azúcar y el sodio. Utilizar parte de las contribuciones para llevar frutas y verduras fresca a familias de bajos recursos.
Recomendación 2
Introducir informes obligatorios en grandes empresas de comida.
Recomendación 3
Lanzar una nueva iniciativa Eat and Learn (Come y Aprende) en escuelas.
Recomendación 4
Dar más opciones en las comidas escolares gratuitas.
Recomendación 5
Patrocinar el programa de Actividades y Alimentos Festivos por los próximos tres años.
Recomendación 6
Ampliar el esquema Healthy Start (Inicio Saludable)
Recomendación 7
Hacer una prueba del programa Community Eatwell, y ofrecer apoyo a las personas de bajos recursos para mejorar su nutrición.
Las primeras siete recomendaciones involucran al gobierno en el control, la promoción y la distribución de productos alimentarios (para asegurar que se tomen decisiones saludables siempre que sea posible); por lo tanto, al cambiar el azúcar por un dulzor saludable como el de SWT Stevia con anticipación, los productores pueden ahorrarse muchos problemas a largo plazo.
Por medio del nuevo proyecto “Come y Aprende”, diseñado específicamente para educar a los niños sobre los beneficios de una nutrición balanceada, se promueve el uso de del dulzor de la stevia como guía central para una dieta saludable y rica, que permite cambios significativos en la actitud pública sobre los edulcorantes alternativos.
El elemento esencial de las siete recomendaciones iniciales surge del enfoque dual adoptado por el gobierno del Reino Unido. Si bien se recomiendan campañas educativas de gran importancia, estas también tienen como base un llamado a la transparencia y al control.
La elegibilidad para comidas escolares gratuitas en la Recomendación 4 será sometida a la regulación existente, ya bastante estricta,[7] que exige a los proveedores cumplir objetivos bajos de azúcar y grasa para poder ser elegidos como proveedores de alimentos. Con la intención de aumentar el número de comidas escolares que se ofrecen a los alumnos, entre más pronto decidan las empresas adaptarse a la nueva realidad de la nutrición, mayores serán los beneficios.
En vista de los impuestos cada vez más elevados sobre los alimentos poco saludables, junto con las consecuencias de llevar un estilo de vida sedentario, el cambio a los edulcorantes alternativos resulta inevitable a estas alturas. Para los productores de alimentos, es probable que hacer el cambio cuanto antes genere resultados positivos, y debería convertirse en la piedra angular de cualquier estrategia de fabricación a largo plazo.